The New York Times difunde falsedades sobre Falun Dafa para atacar a medio de comunicación rival

En la primera plana del periódico The New York Times de hoy (edición dominical) hay un artículo titulado “Cómo un periódico oscuro…”. Este artículo propaga falsas narrativas e inexactitudes sobre Falun Dafa, así como una sorprendente trivialización de la naturaleza y la escala de los abusos contra los derechos humanos a los que se enfrentan los practicantes de Falun Dafa en China.

En un momento en que millones de inocentes creyentes de Falun Dafa en China, que no tienen ninguna conexión con los medios de comunicación y el panorama político de Estados Unidos, siguen enfrentando secuestros, torturas y asesinatos extrajudiciales a manos del Partido Comunista Chino (PCCh), estos problemas constituyen una negligencia grave, o tal vez incluso mal intencionada, por parte de The New York Times.

“Nos entristece ver al periódico The New York Times difamando a Falun Dafa en un ataque contra un medio de comunicación rival. Los errores cometidos en este artículo sobre la práctica espiritual ancestral de la tradición budista, así como las omisiones significativas que rodean la persecución en China, señalan una extraña y preocupante caída de lo que una vez fue el pilar del periodismo estadounidense”, comenta Levi Browde, el Director Ejecutivo del Centro de Información Falun Dafa.

“La información problemática en este artículo es una desgracia, no una anomalía. Más bien, surge en el contexto de un silencio casi completo de The New York Times, por más de 20 años, sobre los terribles abusos contra los derechos humanos que se están llevando a cabo en China contra los chinos normales que practican Falun Gong, a pesar de informar sobre otros grupos religiosos perseguidos en China y en otros lugares”, dice Browde. En efecto, al menos una ex reportera del periódico The New York Times ha declarado públicamente que estaba disuadida activamente a investigar pruebas de extracción forzada de órganos de los prisioneros de conciencia de Falun Dafa.

Silencio sospechoso en medio de terribles atrocidades

El artículo publicado por The New York Times reduce la suma total de los abusos contra los derechos humanos que enfrenta Falun Dafa en China como meras acusaciones hechas por Falun Dafa y solamente Falun Dafa: “El grupo… acusa [al PCCh] de torturar a los practicantes de Falun Dafa y sustraer forzadamente los órganos de los ejecutados”. Una referencia entre paréntesis señala que decenas de miles de practicantes fueron enviados a campos de trabajo “en los primeros años”, lo que implica que pocos practicantes de Falun Dafa en China enfrentan la persecución de vida y muerte hoy en día.

Esta representación no podía estar más lejos de la verdad. Freedom House estima que entre siete y 20 millones de personas en China siguen practicando Falun Dafa hoy en día. El Centro de Información Falun Dafa no sólo ha documentado e informado sobre miles de secuestros ilegales, largas sentencias, torturas y muertes bajo custodia solo durante 2020, sino que los sitios web del gobierno chino indican una nueva campaña de “reducción a cero” a Falun Dafa en ciudades y pueblos de todo el país.

Y lo que es igual de importante, no son solamente las fuentes de Falun Dafa las que han documentado la extrema violencia que se aplicaba a los creyentes pacíficos en China. Durante 20 años, millones de personas han sido acosadas, detenidas, encarceladas, torturadas o asesinadas por las autoridades chinas, hecho que ha sido documentado regularmente en informes anuales por las Naciones Unidas, Amnistía Internacional, Freedom House y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, entre otros.

A continuación, una pequeña muestra de estos informes para tener en cuenta:

  • El Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la tortura Manfred Nowak informó, en 2007, que “los practicantes de Falun Dafa representaron el 66% de las víctimas de presuntas torturas mientras estaban bajo custodia del gobierno”.
  • En 2016, el Congreso  de Estados Unidos aprobó por unanimidad la Resolución 343 de la Cámara de Representantes, “expresando preocupación por los informes persistentes y creíbles de sustracción sistemática de órganos avalada por el estado” de un “gran número” de practicantes de Falun Dafa. El texto de la Resolución señalaba que “en muchos centros de detención y campos de trabajo, los prisioneros de conciencia de Falun Dafa constituyen la mayoría, y se ha dicho que reciben las penas más largas y el peor trato”.
  • Un informe de 2017 de Freedom House que incluyó un capítulo completo sobre Falun Dafa encontró que, a pesar de la campaña de 17 años del PCCh para erradicar al grupo, millones de personas siguen practicando. Señaló que “los practicantes de Falun Dafa en toda China están sujetos a vigilancia generalizada, detención arbitraria, encarcelamiento y tortura, y corren un alto riesgo de ejecución extrajudicial”, y se informó que se verificaron de forma independiente 933 casos de practicantes condenados a penas de prisión de hasta 12 años, señalando que se trataba de sólo una parte de los detenidos y “se cree que miles más están recluidos en varias prisiones y centros extralegales de detención”.
  • El informe de Amnistía Internacional para 2017/18 decía: “Los practicantes de Falun Dafa siguieron siendo objeto de persecución, detención arbitraria, juicios injustos y torturas y otros malos tratos”. En 2013, el grupo de derechos humanos publicó un informe detallado que documentaba exhaustivamente no sólo la tortura de los detenidos de Falun Dafa en el sistema de campos de trabajo, sino también el desvío a gran escala de quienes se negaban a renunciar a sus creencias, a las prisiones dirigidas judicialmente y a los centros de detención extralegales cuando se suprimió la red de campos de trabajo.

En el tema de la sustracción forzada de órganos, la realidad de que los practicantes de Falun Dafa son asesinados por sus órganos en China es ahora ampliamente aceptada entre las organizaciones de derechos humanos, los actores políticos y los círculos académicos. En 2019, Sir Geoffrey Nice QC, ex fiscal del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, que encabezó el procesamiento de Slobodan Milosevic, convocó un tribunal independiente de expertos médicos, legales y chinos en Londres. Después de evaluar todas las pruebas, el grupo especial llegó a la conclusión de que los practicantes de Falun Dafa eran y siguen siendo asesinados por sus órganos “a una escala significativa”. Esta historia fue cubierta por la BBC, Forbes, The Guardian, Newsweek, The Telegraph, The Wall Street Journal y NBC.

The New York Times falló en reportar sobre esta historia.

Todo esto plantea la pregunta: frente a una documentación tan extensa de organizaciones de derechos humanos, gobiernos democráticos en Occidente, las Naciones Unidas y muchos otros medios de comunicación, en este artículo ¿por qué The New York Times caracterizaría la totalidad de la evidencia como “El grupo… acusa”? ¿Es The New York Times reticente a contar la historia completa sobre la persecución a Falun Dafa, y si es así, por qué?

Tal vez, tiene algo que ver con la reunión entre el editor del periódico TheNew York Times, Arthur Sulzberger Jr. y Jiang Zemin el ex líder del PCCh (quien comenzó por sí solo la persecución a Falun Dafa) en 2001? Después de esta reunión, no hubo ningún reportaje significativo sobre la persecución a Falun Dafa durante los próximos 20 años (con una excepción notable: el trabajo de Andrew Jacobs).

El editor de The New York Times se reúne con Jiang Zemin el líder del Partido Comunista Chino, quien ascendió al poder justo después de la masacre de Tiananmen, en 1989, y ordenó por sí solo la campaña de persecución contra Falun Dafa. Después de esta reunión, The New York Times dejó de informar, en gran medida, sobre Falun Dafa.

Independientemente de la razón, irónicamente, es justamente una ex empleada del periódico The New York Times quien da uno de los testimonios más directos de este silencio.

La ex corresponsal de The New York Times de Beijing Didi Kirsten Tatlow sugiere, en su testimonio en el Tribunal de China, no sólo que la sustracción forzada de órganos de prisioneros de conciencia tuvo lugar en China, y que era un secreto a voces entre los cirujanos de trasplantes, pero en particular, que The New York Times la disuadió activamente a informar sobre este hecho.

Falsedades flagrantes

Este artículo del periódico The New York Times también contiene flagrantes falsedades sobre las enseñanzas y creencias de Falun Dafa.

Por ejemplo, el artículo promueve la idea de que Falun Dafa “prohíbe el matrimonio interracial”. Sin embargo, incluso la mirada más casual a las comunidades de Falun Dafa en cualquier parte del mundo, incluso aquí en Nueva York, demuestra que abundan los matrimonios interraciales y los niños mestizos. De hecho, el director ejecutivo del Centro de Información de Falun Dafa, así como varios miembros del personal voluntario del centro, tienen matrimonios interraciales, muchos de ellos con hijos. Todos practican Falun Dafa.

Entonces, ¿de dónde viene esta mentira? En los últimos años, los sitios web de las embajadas chinas en todo Occidente han comenzado a usar esta frase para demonizar a Falun Dafa en su propaganda en inglés porque saben que este tema sería detonante en Occidente.

Al incluir esta falsedad en su artículo, The New York Times demuestra que no se llevó a cabo ni siquiera un nivel básico de verificación de hechos o peor aún, se incluyó a sabiendas para fortalecer la narrativa de la historia.

Este artículo también repite puntos adicionales de propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh) sobre Falun Dafa que se pueden explorar más a fondo en: https://faluninfo.net/misconceptions/ .

Implicando violencia o algo peor

También hubo declaraciones más sutiles pero no menos engañosas, en este artículo del periódico The New York Times.

Al caracterizar algunas de sus fuentes, el autor indica que hablaron de forma anónima porque “temían represalias… [por parte de] Falun Dafa”. El artículo no presenta ninguna evidencia o credibilidad para este ‘miedo’, pero su connotación de violencia es el polo opuesto de la naturaleza pacífica de la práctica y la manera en que los creyentes de Falun Dafa se comportan.

Además, hay una gran cantidad de figuras notables que realmente han llegado a conocer bien a la comunidad de Falun Dafa y pueden testificar que tal sentimiento es infundado.

David Kilgour, ex secretario de Estado de Canadá (Asia Pacífico) describe a Falun Dafa como: “gente maravillosamente dulce y amable, sin un hueso vicioso en su cuerpo”.

El profesor Arthur Waldron, profesor Lauder de Relaciones Internacionales en el Departamento de Historia de la Universidad de Pensilvania, ha dicho que los practicantes de Falun Dafa: “son personas sobresalientes según cualquier estándar: inteligentes, bien educados, trabajadores, morales en su comportamiento, valientes”.

De hecho, durante más de 20 años, millones de personas en China han enfrentado una terrible violencia, opresión, y no hay un solo caso conocido de un practicante de Falun Dafa que levante la mano en represalia contra su opresor. Por el contrario, en un caso reciente informado por el Centro de Información de Falun Dafa, un practicante de Falun Dafa acudió en ayuda de su hermana, que era víctima de violencia doméstica. En lugar de arrestar al abusador, la policía china detuvo al protector y lo sentenció a siete años de prisión por su fe.

Pero de nuevo, no se incluye nada de este contexto y los lectores deben considerar a Falun Dafa como un grupo propenso a las “represalias” – una noción que es muy engañosa, en el mejor de los casos.

Prejuicio político

Los intentos del periódico The New York Times de atribuir un perfil político específico a Falun Dafa como un todo están fuera de lugar.

La comunidad de Falun Dafa, así como el fundador de Falun Dafa, el Sr. Li Hongzhi, no tienen vínculos políticos en los Estados Unidos ni en ningún otro lugar. De hecho, el Sr. Li ha pedido repetidamente a los practicantes de Falun Dafa que no involucren la práctica en la política. Por supuesto, los individuos dentro de la comunidad de Falun Dafa tienen sus propias creencias que abarcan el espectro político, desde los muy liberales hasta los muy conservadores, y todo lo demás. Sin embargo, la comunidad de practicantes no se involucra, como grupo o comunidad en política, ni apoya a ningún político dado.

Además, si nos fijamos en el apoyo que ha recibido Falun Dafa particularmente en los Estados Unidos, está claro que Falun Dafa sigue siendo un tema completamente no partidista, como debe ser.

Analizando las resoluciones del Congreso de los Estados Unidos que apoyan a Falun Dafa y denuncian la persecución en China (ha habido cinco en total ), la lista de copatrocinadores es bipartidista.

La resolución 343 de la Cámara de Representantes  fue copatrocinada por 83 demócratas y 102 republicanos. La Resolución 605 de la Cámara de Representantes  fue copatrocinada por 40 demócratas y 41 republicanos. Y finalmente, la Resolución 188 concurrente de la Cámara fue copatrocinada por 62 demócratas y 37 republicanos.

En julio pasado,  una iniciativa bipartidista  con cartas de 18 republicanos y 16 demócratas en el Congreso expresó su solidaridad con los practicantes de Falun Daf, y condenó al régimen chino (PCCh)  por su “atroz represión contra los practicantes de Falun Dafa”.


“No estamos al tanto del funcionamiento interno de La Gran Época y, por lo tanto, no podemos comentar sobre los puntos expuestos en este artículo”, dice Browde. “Sin embargo, dadas las falsedades que se propagan sobre Falun Dafa, es razonable cuestionar la objetividad, si no la integridad del artículo en su totalidad”.

El Centro de Información de Falun Dafa implora al periódico The New York Times que elimine todas las políticas, influencias y/o prejuicios actualmente en vigor que impiden la presentación de informes justos y precisos sobre Falun Dafa, y que haga bien la historia, toda la historia.