Secuestros y encarcelamientos

En la China actual, decenas de millones de practicantes de Falun Dafa corren el riesgo de ser secuestrados por la policía en cualquier momento. Una vez detenidos, pueden ser recluidos en centros de detención, "cárceles clandestinas" y centros de lavado de cerebro; pueden ser enviados injustamente a prisión con condenas de hasta 20 años. Viven bajo esta realidad mañana, tarde y noche.

LAS CUADRILLAS DE POLICÍA pueden llegar a cualquier hora del día a los hogares y lugares de trabajo de los practicantes de Falun Dafa para llevárselos. Algunos han sido secuestrados en la calle, después de ir de compras o de dejar a sus hijos en la escuela. Una vez detenidos, se les interroga extensamente sobre su fe y sus vínculos con Falun Dafa, mientras que sus casas son saqueadas en busca de las supuestas “evidencias”, como textos espirituales o folletos caseros.

Muchos tipos de disidentes han sufrido en la red de campos de trabajo, centros de detención y prisiones de China, pero los practicantes de Falun Dafa han sido, durante mucho tiempo, una de las mayores poblaciones de presos de conciencia del país. En cualquier momento, durante los últimos 20 años, ha habido hasta varios centenares de miles de practicantes de Falun Dafa recluidos en el vasto sistema de centros de detención de China.

Los practicantes de Falun Dafa continúan siendo sometidos a detención arbitraria, juicios injustos y tortura. AMNISTÍA INTERNACIONAL, 2018

Aunque China abolió oficialmente su sistema de campos de trabajo en 2013, los practicantes de Falun Dafa siguen siendo injustamente encarcelados en grandes cantidades, ya sea en prisiones después de juicios falsos o en instalaciones extraoficiales para el adoctrinamiento político. En un informe de 2017, el grupo de derechos humanos Freedom House “verificó de forma independiente 933 casos de practicantes de Falun Dafa condenados a penas de prisión de hasta 12 años” entre 2013 y 2016, al mismo tiempo que reconocía que ésta era sólo una parte de las personas detenidas.

Aunque fueron sentenciados en un juzgado, estos practicantes de Falun Dafa no recibieron justicia en absoluto. Los juicios de Falun Dafa carecen completamente del debido proceso legal y violan las propias leyes de China, mientras que los comités del Partido Comunista manipulan a los jueces entre bambalinas para imponer arbitrariamente penas de prisión. Los abogados de derechos humanos que han intentado defender a Falun Dafa han experimentado esto de primera mano. Mo Shaoping, un importante abogado chino, reflexionó sobre el caso de la Sra. Liu Jin, quien fue enviada a un campo de presos para una condena de tres años y medio, después de acceder a información sobre Falun Dafa en Internet: “Descargó de Internet artículos que a su juicio eran buenos y los pasó a otros para que los leyeran -[esto] no causó ningún daño a la sociedad. El comportamiento de Liu Jin es coherente con las disposiciones de la Constitución china sobre la libertad de expresión y la libertad de creencias y las disposiciones de la Declaración Universal de Derechos Humanos”.

TRABAJO ESCLAVO 

Para los practicantes de Falun Dafa y otras personas retenidas en el vasto sistema de gulags en China, el trabajo forzado es un hecho de la vida cotidiana. Los detenidos están obligados a trabajar hasta 20 horas al día. Los que se niegan son golpeados, torturados o se les niega el alimento. Muchos de los productos que fabrican -luces de árboles de Navidad, juguetes, palillos y muchos más- se venden en Estados Unidos, Europa y Australia, como resultado del trabajo esclavo de personas inocentes.

LA SRA. JENNIFER ZENG estuvo retenida en el Campo de Reeducación Laboral de Mujeres (Xin’an) de Beijing, antes de huir a Australia, donde publicó unas memorias sobre la vida en el sistema de campos de trabajo de China. 

Cuando Jennifer Zeng estuvo encarcelada en el campo de trabajos forzados de Xin’an en Beijing, trabajó muchas horas haciendo conejos de juguete para la compañía Mickey Toys Co. Ltd., un proyecto supuestamente subcontratado por Nestlé. Después de ser liberada y de que huyó a Australia, se sorprendió al descubrir que los juguetes que había fabricado se estaban vendiendo en los estantes de las tiendas de allí.

“Por lo general, empezamos a trabajar a las cinco de la mañana y trabajamos hasta las dos o las tres de la madrugada del día siguiente”, explica la Sra. Zeng. “Largas horas de trabajo intensivo y una severa falta de sueño me hicieron sentir durante mucho tiempo que lo único que necesitaba en mi vida era dormir”.

El Sr. Lin Shenli, inmigrante canadiense, fue obligado a hacer pelotas de fútbol a mano en un campo de trabajos forzados de la provincia de Jiangsu. Otros tipos de trabajo manual intensivo producían grandes y sangrientas heridas en el pecho y las nalgas. A lo largo de su sentencia, el personal del campo de trabajos forzados intentó obligar al Sr. Lin a renunciar a sus creencias.

EXTORSIONADOS POR DINERO 

Desde 1999, los tribunales chinos han extorsionado por un valor de muchos millones de yuanes a los practicantes de Falun Dafa bajo el pretexto de multas. Según el destacado abogado de derechos humanos Gao Zhisheng “las penas de prisión y las multas impuestas a los practicantes de Falun Dafa son una completa violación de los principios legales básicos y de las normas legales contemporáneas”.

Esta extorsión continúa hoy en día. Sólo en enero y febrero de 2019, los tribunales ordenaron a 40 practicantes en China que pagaran multas por un total de 692,000 yuanes (US$103,000), según informes de Minghui.org. 

Durante este período, 109 personas fueron encarceladas en China por compartir mensajes sobre Falun Dafa con amigos o vecinos, por mostrar signos de apoyo a los practicantes o por negarse a renunciar a su creencia. El 7 de enero de 2019, el Sr. Xinwei Zhang, practicante de Falun Dafa de la ciudad de Bazhong, provincia de Sichuan, fue condenado a tres años de prisión y a una multa de 4,000 yuanes.

Cada mes, la cifra aumenta. Muchos de los liberados han vuelto a ser detenidos y encarcelados cuando las autoridades descubrieron que habían persistido en la práctica de Falun Dafa. Lo que les espera son condiciones duras y tortura desenfrenada. Algunos nunca regresarán a casa.