Terror desatado

Comenzó en medio de la noche del 20 de julio de 1999.

Por toda China, bajo el velo de la oscuridad, la policía sacó a rastras a la gente de sus camas. Muchos fueron llevados a centros de detención y cárceles, otros fueron golpeados, y algunos murieron al ser torturados.

La policía actuó bajo directivas superiores, del jefe del Partido Comunista Jiang Zemin, quien ordenó aplastar al grupo. Según la mayoría de los informes, Jiang estaba resentido por la práctica popular -sus creyentes eran 100 millones- y deseaba hacer una demostración de poder.

Dos días después, el 22 de julio, Falun Dafa fue prohibido en todo el país, marcando el comienzo oficial de una violenta campaña en China, que ha hecho estragos durante más de dos décadas y que ha declarado a decenas de millones de ciudadanos apolíticos como enemigos del Estado.

“¡Erradíquenlos en tres meses!”

Los primeros arrestos de miles de practicantes de Falun Dafa revelaron que algunos eran oficiales del gobierno central, de la policía e incluso del ejército. La práctica atrajo a gente de todos los ámbitos, desde trabajadores de fábricas, profesores universitarios y familiares de los cuadros del Politburó.

Jiang Zemin, como jefe de un estado ateo, comunista y totalitario, albergaba mucho miedo. La popularidad, el rápido crecimiento, y la envergadura de Falun Dafa, por una parte. Pero también temía la fuerza de la enseñanza para restaurar en la sociedad la vida espiritual y la cultura tradicional china, algo que el partido comunista había estado tratando de destruir durante décadas.

“Arruinar su reputación. Quebrarlos financieramente. ¡Y destruirlos físicamente!” —Jiang Zemin

Después de un enfrentamiento con el Politburó del partido, donde la mayoría se opuso a la represión a Falun Dafa, Jiang calificó a la práctica como una amenaza para el partido y dijo que sería una pérdida de prestigio internacional si Falun Dafa no era erradicado inmediatamente. Celoso de la popularidad de Falun Dafa, ordenó que la práctica fuera erradicada en 3 meses, usando cualquier medio necesario.

La “Oficina 610” similar a la Gestapo

La Oficina 610 es la fuerza para-policial ilegal responsable de llevar a cabo la misión de eliminar a Falun Dafa.

No existe legislación que establezca la Oficina 610 – llamada así por su fecha de creación, el 10 de junio de 1999- ni tampoco hay leyes que delimiten sus poderes. En cambio, fue establecida por Jiang y anunciada en su discurso a los cuadros de la élite, más de un mes antes de que Falun Dafa fuera oficialmente prohibido. ¿Las órdenes de Jiang para la nueva oficina? “Organizar inmediatamente las fuerzas”, “formar estrategias de batalla” y “prepararse completamente para el trabajo de desintegración [de Falun Dafa]”.

Copias del discurso de Jiang sobre la Oficina 610 fueron inmediatamente distribuidas a todos los niveles de la burocracia en China, indicando a los cuadros que “deben cooperar” estrechamente con la oficina 610 y sus afiliados. Ayudado por el hecho de que todos los jueces chinos eran miembros del Partido Comunista, Jiang básicamente colocó a la oficina por encima de la ley.

La Oficina 610 tenía la autoridad prácticamente ilimitada. El vasto aparato de seguridad de China, incluyendo la policía y los oficiales de inteligencia, debían servir a disposición de la Oficina 610. Desde las grandes oficinas corporativas hasta las más pequeñas organizaciones de barrio, el personal de la oficina 610 estaba autorizado para dictar órdenes en cualquier esfuerzo dirigido a detener a los practicantes de Falun Dafa.

Además, Jiang dio órdenes para que la Oficina 610 usara “todos los medios necesarios”, un mandato que condujo a que la Oficina 610 pronto se hiciera más notoria, por el uso de la tortura extrema.

Redadas policiales, saqueo de casas, secuestro y encarcelamiento

A partir de julio de 1999, cuando el PCCh lanzó la campaña contra Falun Dafa, los días oscuros de la Revolución Cultural regresaron.

La policía allanó casas, confiscando objetos de valor, destruyendo los materiales de Falun Dafa y llevando a la gente a centros de detención o campos de trabajos forzados.

Camiones con altavoces montados recorrían las calles a través de los cuales las denuncias sobre Falun Dafa perforaron el aire.

22 de julio de 1999 • Policía arrestando a los practicantes de Falun Dafa en las calles

Un periódico de Hong Kong informó que, en la primera semana de la represión, fueron detenidas 50,000 personas. De hecho, durante las primeras semanas, los practicantes de Falun Dafa fueron juntados y recluidos en estadios, porque el gran número de detenidos no cabían en la amplia gama de centros de detención y prisiones de China.

La quema de libros de Falun Dafa en todo el país trae recuerdos de la Revolución Cultural

Bajo la orden de los líderes del PCCh, las autoridades locales de todo el país hicieron un esfuerzo por eliminar los libros de Falun Dafa y otros materiales promocionales, buscando en librerías, comercios, tiendas multimedia, centros de copiado e imprentas, y castigando a cualquiera que poseía o distribuía cualquiera de estos materiales.

En sólo tres meses, las autoridades chinas confiscaron, quemaron y destruyeron decenas de millones de libros, cintas de video, cintas de audio y otros materiales relacionados con Falun Dafa, en todo el país.

Tarde del 28 de julio de 1999 • La primera destrucción unificada, a nivel nacional, de las publicaciones y materiales de promoción de Falun Dafa se lleva a cabo en las provincias de Beijing, Tianjin, Jiangsu, Jilin y Hubei y está previsto que continúe en las provincias de Guangdong, Shandong, Hubei, Shanghai, Liaoning, Sichuan y Shanxi al día siguiente. — People’s Daily, 29 de julio de 1999.

La destrucción de las publicaciones de Falun Dafa envió una señal al público chino sobre la seriedad del régimen con respecto a la campaña. Sin embargo, este tipo de exhibición pública fue un desafió a los ojos de muchos que se cerraron a la idea de revivir los horrores de la Revolución Cultural.

La destrucción masiva de los libros de Falun Dafa, también dejó en claro que el régimen buscaba destruir cualquier evidencia que pudiera refutar fácilmente las fabricaciones y distorsiones sobre las creencias de Falun Dafa que llegarían a dominar la propaganda anti-Falun Dafa en los medios de comunicación estatales. Trágicamente, esto fue efectivo. A medida que el público perdía el acceso a los libros de Falun Dafa, las agencias centrales de propaganda y los medios de comunicación estaban mejor equipados para llenar el vacío, retorciendo las enseñanzas de Falun Dafa para justificar la campaña contra el grupo de practicantes.

La conferencia de prensa secreta con los medios de comunicación occidentales resulta ser mortal

Octubre de 1999 • La campaña de persecución contra Falun Dafa estaba en su tercer mes.

Sin ningún medio para expresarse y en un entorno cada vez más brutal que los sepultaba, varios chinos que practicaban Falun Dafa organizaron, en secreto, una conferencia de prensa en Beijing con los medios de comunicación occidentales. Fueron invitados reporteros de Reuters, The Associated Press y The New York Times.

Durante la conferencia de prensa, los practicantes de Falun Dafa revelaron a los medios de comunicación lo que estaban sufriendo por la persecución, y explicaron que simplemente querían un ambiente para practicar libremente su fe.

Al día siguiente, las fotos de la conferencia de prensa se publicaron en primera plana del periódico The New York Times.

Dos de los practicantes de Falun Dafa que asistieron a la conferencia fueron torturados hasta la muerte bajo custodia policial china.

Arriesgando sus vidas, los practicantes de Falun Dafa en Beijing llevaron a cabo una conferencia de prensa secreta para los medios de comuniación occidentales. La mayoría de los que hablaron en la conferencia de prensa desaparecieron ulteriormente. Ding Yang (abajo, derecha) fue torturada hasta la muerte. El intérprete Cai Mingtao (izquierda) también fue asesinado.

Las autoridades chinas comenzaron a hostigar a los periodistas extranjeros que habían estado cubriendo la represión en contra de los practicantes de Falun Dafa.

Las autoridades de seguridad pública china les quitaron temporalmente los credenciales a los cinco periodistas extranjeros que asistieron a la conferencia de prensa secreta. La semana siguiente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China citaron a estos periodistas para emitirles advertencias. A uno de los reporteros extranjeros se le dio una amonestación muy severa, que fue descrita como “muy cerca de una expulsión”.

“Nuestros miembros han sido vigilados, detenidos, interrogados y amenazados. Las transmisiones por satélite de los reporteros de televisión han sido interferidas y los envíos de videos han sido retrasados. Las licencias de prensa y los permisos de residencia de varios miembros han sido confiscados indiscriminadamente, y algunos han sido amenazados con medidas ulteriores más severas”. —Carta de protesta del Club de Corresponsales Extranjeros de China al Ministerio de Relaciones Exteriores de China, 10 de noviembre de 1999

Juicio amañado: 18 años en prisión por practicar Falun Dafa

26 de diciembre de 1999  Claramente programado para que fuera poco probable cubrirse por  los medios de comunicación occidentales, el día siguiente de Navidad, el gobierno chino organizó un juicio, sentenciando a cuatro prominentes practicantes de Falun Dafa de siete a dieciocho años de prisión.

Zhiwen Wang (al micrófono a la izquierda) es juzgado junto con otros tres practicantes de Falun Dafa. Este simulacro de proceso tenía el propósito de influenciar a otros practicantes, ayudando a convencerlos de que renunciaran a la disciplina espiritual. (cortesía de la familia Wang).

Los funcionarios chinos impidieron que los medios de comunicación extranjeros informaran sobre el juicio y no se dieron más detalles, porque su objetivo no eran los medios de comunicación occidentales. El juicio fue televisado a toda China (en donde la Navidad no es un día festivo) enviando un fuerte mensaje para desalentar al público de seguir practicando Falun Dafa.

Human Rights Watch condenó las duras sentencias. “Estos miembros de Falun Dafa nunca debieron ser arrestados, mucho menos condenados a duras sentencias“.

Tortura y muertes en custodia policial

25 de octubre de 1999 La muerte de Chen Ying, de 17 años, es el primer informe confirmado de un practicante de Falun Dafa que muere bajo custodia policial.

En los próximos meses, siguieron más informes, muchos de ellos incluyendo detalles de torturas y abusos graves bajo custodia policial.

Debido a la dificultad y el riesgo que implica recopilar detalles de las muertes bajo custodia policial, y transmitir esos detalles a los defensores de derechos humanos fuera de China, cuando un caso se hacía público, a menudo ya habían pasado semanas o meses después del hecho.

Sin embargo, a mediados del 2000, esa pauta era evidente: los practicantes de Falun Dafa estaban siendo torturados rutinariamente en centros de detención en toda China y, en muchos casos, la gente moría a causa de las torturas. Además, la libertad de “utilizar cualquier medio necesario” para obligar a los practicantes de Falun Dafa a renunciar a su fe, estaba dando lugar a atrocidades generalizadas.

The Wall Street Journal: Un ejercicio mortal

20 de abril de 2000

El día antes de que Chen Zixiu muriera, sus captores volvieron a exigirle que renunciara a su fe en Falun Dafa. Apenas consciente después de repetidas descargas con una picana eléctrica, la mujer de 58 años, sacudió su cabeza obstinadamente.

Enfurecidos, los oficiales locales le ordenaron a la Sra. Chen que corriera descalza en la nieve. Dos días de tortura habían dejado sus piernas magulladas y su corto pelo negro cubierto de pus y sangre, dijeron los compañeros de celda y otros prisioneros que presenciaron el incidente. Se arrastró afuera, vomitó y se desmayó. Nunca recuperó la conciencia, y murió el 21 de febrero.”

A lo largo del año 2000, Ian Johnson de The Wall Street Journal publicó una innovadora serie de artículos que detallaban el brutal aumento de la violencia del régimen chino hacia los practicantes de Falun Dafa y cómo las directivas de la campaña venían directamente de Beijing.

El Sr. Johnson ganó el Premio Pulitzer en 2001 por esta serie de artículos donde informaba que los funcionarios de China habían recibido órdenes explícitas de torturar y mutilar a practicantes de Falun Dafa que no abandonaban sus creencias.

Un año después de los artículos de Johnson, el periódico The Washington Post publicó un artículo en el que se detallaba cómo los funcionarios locales habían recibido órdenes explícitas de torturar y mutilar a los practicantes de Falun Dafa que no abandonaban sus creencias.

The Washington Post: La tortura está quebrando a Falun Dafa

Agosto de 2001

“Después de un año y medio de dificultades para reprimir el movimiento, este año, el gobierno sancionó por primera vez el uso sistemático de la violencia contra el grupo, estableció una red de clases de lavado de cerebro y emprendió un esfuerzo minucioso para eliminar a los seguidores, vecindario por vecindario y lugar de trabajo por lugar de trabajo”.

El último recurso de los practicantes: la Plaza de Tiananmen

Enero de 2000 • Durante meses, los medios estatales fueron saturados con informes fabricados que desprestigiaban a Falun Dafa.

Los practicantes de Falun Dafa estaban siendo expulsados de la universidad y despedidos de sus trabajos. Sus casas fueron saqueadas por la policía, y cualquiera que practicaba se enfrentaba a la amenaza real de ser arrastrado por la policía en cualquier momento.

Muchos fueron enviados, sin previo juicio, a campos de trabajo forzado.

Todos los canales oficiales para apelar al gobierno estaban cerrados.

Por lo tanto, sin ningún otro lugar a dónde acudir, los practicantes de Falun Dafa comenzaron a hacer apelaciones públicas en la Plaza de Tiananmen.

Al principio, las manifestaciones fueron pequeñas y sólo ocasionales, pero pronto la gente acudió a Beijing desde todos los rincones de China para ingresar a la plaza, sostener un cartel con los principios fundamentales de Falun Dafa — Verdad, Benevolencia y Tolerancia— y proclamar su inocencia.

Practicantes de Falun Dafa apelando en la Plaza de Tiananmen, sosteniendo carteles con los caracteres 真 Verdad, 善 Benevolencia, 忍 Tolerancia. Los principios fundamentales de las enseñanzas de Falun Dafa.

“Los practicantes de Falun Dafa hacen manifestaciones poco usuales”, señaló Reuters en su informe sobre los practicantes chinos que hacían apelación a las autoridades. “El 29 de octubre, decenas de practicantes intensificaron su desobediencia civil, sentándose en la posición de loto en la plaza y permaneciendo estoicamente en silencio, mientras la policía los pateaba, golpeaba y arrastraba de los cabellos a las camionetas”.

“No odiamos a la gente que nos golpea. Entendemos que se les han dicho demasiadas mentiras. No saben la verdad sobre nosotros”, explicó un practicante.

A pesar de la policía de seguridad pública, la policía armada y los policías encubiertos, los practicantes siguieron asistiendo y presentándose en todas partes en la plaza, exponiendo incansablemente las mentiras del PCCh al público.

El 4 de febrero de 2000, la víspera del Año Nuevo Chino, un grupo de practicantes de Falun Dafa apenas había comenzado a practicar su meditación en la Plaza de Tiananmen cuando “la policía se abalanzó sobre los manifestantes inmediatamente, corriendo hacia ellos desde todos los rincones de la plaza. Los patearon, golpearon y los arrastraron de los pies, los llevaron a las camionetas y se los llevaron”, informó la AFP el 5 de febrero de 2000. “La policía china ha detenido a cientos, y posiblemente a miles de practicantes”, señalaba el informe.

Demostración de la brutalidad policial • El practicante de Falun Dafa, que abrió un cartel con las palabras “Falun Dafa es bueno”, fue golpeado hasta quedar en el suelo. Todavía yacía en medio de la plaza, mientras el policía se estaba alejando con el cartel en las manos. Muchas personas en la Plaza de Tiananmen estaban presenciando la brutalidad policial contra Falun Dafa.

El costo enorme de la tiranía

En 2001, un informe del Departamento de Seguridad Pública del Partido Comunista Chino reveló que, solo en la plaza de Tiananmen, el gasto de arrestar a los practicantes de Falun Dafa era de hasta 2.5 millones de yuanes por día, lo que equivalía a casi 910 millones de yuanes al año.

En todo el país, desde ciudades hasta zonas rurales remotas, desde la policía en las comisarías policiales y los departamentos de seguridad pública hasta el personal de todas las filiales de la “Oficina 610”, Jiang Zemin empleó al menos a unos millones de personas para perseguir a Falun Dafa.

Sólo el costo de los salarios superó probablemente los cien mil millones de yuanes por año.

“Los recursos financieros utilizados para hacer frente a Falun Dafa han superado los gastos de una guerra”. —Oficial del Departamento de Justicia de la Provincia de Liaoning, durante una conferencia en el Campo de Trabajo Forzado de Masanjia.

Además, Jiang gastó enormes cantidades de dinero para expandir los campos de trabajo forzado, construir centros de lavado de cerebro y sistemas de vigilancia. También utilizó incentivos monetarios para alentar a un mayor número de personas a participar en la persecución a Falun Dafa. En muchas áreas, el premio por arrestar a un practicante de Falun Dafa fue de varios miles e incluso diez mil yuanes.

La Propaganda está fallando. La opinión pública sobre Falun Dafa no ha cambiado

Después de casi 18 meses de intensa campaña del PCCh, el público chino continuaba expresando desdén por la supresión de Jiang a los practicantes de Falun Dafa. Y la campaña para volver a la opinión pública en contra de Falun Dafa parecía estar destinada al fracaso.

La frustración de los dirigentes del PCCh por no haber desmantelado rápido y completamente a Falun Dafa fue evidente en la cobertura de sus medios de comunicación. Para el 2001, al contrario de las declaraciones anteriores del gobierno chino, la guerra contra Falun Dafa aún no se había ganado, y había que hacer entender a las “amplias masas” la “ferocidad de nuestra batalla contra Falun Dafa”.

Entonces, Jiang y sus secuaces idearon un plan…

La farsa de la “auto-inmolación” cambia la situación

23 de enero de 2001 • Era la víspera del Año Nuevo Chino y, de hecho, la víspera del nuevo milenio. Cinco individuos supuestamente se prendieron fuego en la Plaza de Tiananmen. En cuestión de horas, las autoridades chinas inundaron los medios estatales con fotos espeluznantes del evento, afirmando que los auto-inmoladores eran practicantes de Falun Dafa.

Días más tarde, un artículo de The Washington Post reveló que al menos dos de los auto-inmoladores nunca habían sido vistos practicando Falun Dafa. Y más evidencias descubiertas en las semanas siguientes revelaron que el incidente había sido un falso montaje.

“El régimen señala un supuesto incidente de auto-inmolación en la Plaza Tiananmen el 23 de enero de 2001, como prueba para calumniar a Falun Dafa. Sin embargo, hemos obtenido un video de ese incidente que, a nuestro juicio, demuestra que este evento fue montado por el gobierno”. —Declaración oficial de la Oficina IED en las Naciones Unidas, EE.UU.

Sin embargo, dentro de China, donde los medios de comunicación estatales estaban saturados de programas que acusaban a las enseñanzas de Falun Dafa de causar la tragedia, el incidente se convirtió en una herramienta clave para que las autoridades chinas doblegaran la opinión pública en contra de Falun Dafa.

23 de enero • Después de que investigadores y periodistas analizaron las imágenes, hicieron comparaciones de voz y visuales, y también entrevistaron a los vecinos de estos “auto-inmoladores” en China, concluyeron que el incidente había sido montado por el régimen de Jiang, para desacreditar a Falun Dafa.

En el plazo de un mes, las autoridades emitieron y comenzaron a difundir folletos brillantes que presentaban fotografías a color de los cuerpos carbonizados. Y una nueva ola de esfuerzos propagandísticos saturó las noticias, programas de televisión, escuelas y lugares de trabajo. El recordatorio del evento se podía ver un en todas partes y todo el tiempo.

Unos ocho millones de estudiantes en todo el país se unieron a la propaganda y a las actividades educativas utilizando escaparates, carteles, folletos, videos, para denunciar a Falun Dafa. En las escuelas fueron programadas clases anti-Falun Dafa, y 12 millones de jóvenes en todo el país denunciaron a Falun Dafa por escrito.

Los escolares no están exentos  •  Texto de libro de escuela primaria de China continental, Educación moral y de de pensamientos, por la Casa de Educación del Pueblo, ha utilizado el incidente de la “auto-inmolación” de Tiananmen para incitar el odio de los niños a Falun Dafa.

La interminable propaganda que cubrió este incidente de la “auto-inmolación” convirtió al público general de ser simpatizantes de Falun Dafa, en personas que aceptaron la represión con indiferencia. Los casos de odio contra Falun Dafa aumentaron significativamente y el régimen de Jiang aprovechó la oportunidad para intensificar la persecución.

Según estadísticas incompletas, durante los primeros dieciocho meses de la persecución, 173 practicantes fueron perseguidos hasta la muerte. Después del incidente de la “auto-inmolación”, el número de muertos aumentó considerablemente a 869 en los siguientes treinta y seis meses.